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Investigadores han logrado avances significativos en la lectura de textos antiguos carbonizados e inalcanzables gracias al uso de inteligencia artificial (IA). Según un artículo publicado en la revista científica Nature, estos desarrollos abren nuevas posibilidades para recuperar escritos históricos que han permanecido ocultos por siglos.
Uno de los logros más destacados ocurrió con los rollos de Herculano, una colección de manuscritos calcinados durante la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. Estos documentos, descubiertos en una villa romana en el siglo XVIII, han sido imposibles de desenrollar sin dañarlos, dejando a los expertos sin acceso a su contenido. Sin embargo, un equipo liderado por el científico informático Brent Seales, de la Universidad de Kentucky, en colaboración con el proyecto Vesuvius Challenge, utilizó redes neuronales para detectar rastros de tinta en las superficies de los rollos, logrando descifrar fragmentos de texto.
El equipo ganador del desafío, conformado por estudiantes de ciencias de la computación, empleó un modelo de IA conocido como TimeSformer, diseñado originalmente para analizar datos en videos. Este enfoque permitió separar las dimensiones de profundidad de los rollos de su superficie visible, revelando 16 columnas de texto griego que, según papiriólogos, podrían corresponder a una obra filosófica desconocida del pensador epicúreo Filodemo.
Además de los rollos de Herculano, la IA se ha utilizado para otros textos históricos. Investigadores han aplicado modelos de redes neuronales para restaurar inscripciones griegas antiguas, traducir registros dinásticos coreanos escritos en caracteres chinos y completar lagunas en tablillas mesopotámicas. Según los especialistas citados por Nature, estas herramientas no solo aceleran el trabajo, sino que también plantean nuevas formas de explorar el pasado al identificar patrones que los humanos no pueden detectar fácilmente.
El impacto de estas técnicas promete ser amplio. En el caso de los rollos de Herculano, los investigadores esperan poder leer toda la colección, que incluye cientos de manuscritos almacenados en museos de Nápoles, París, Londres y Oxford. Los datos recopilados podrían proporcionar más textos antiguos nuevos de los que los expertos han visto en un siglo, según Seales.
Este método también podría aplicarse a otros materiales inaccesibles, como textos ocultos en encuadernaciones medievales o en envoltorios de momias egipcias. El equipo de Seales ya ha capturado imágenes de un pergamino egipcio sin abrir, conservado en el Museo Smithsonian de Washington, y está en negociaciones para analizar documentos calcinados de Petra, en Jordania.
El uso de IA en la reconstrucción de textos antiguos representa un cambio significativo en la manera en que los investigadores pueden abordar los archivos históricos, ofreciendo herramientas para reinterpretar y ampliar el conocimiento del pasado.