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Tabasco, 30 años de la mayor tragedia cultural, ¿cómo la enfrentará Javier May?

Tabasco.- Javier May, candidato de Morena a la gubernatura de Tabasco, pretende revertir 30 años de pauperización y desastre cultural con simple grilla. Su mayor propuesta cultural que emitió el día sábado 15, en su arranque de campaña, es convertir la llamada Quinta Grijalva en un complejo cultural

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Tabasco.- Javier May, candidato de Morena a la gubernatura de Tabasco, pretende revertir 30 años de pauperización y desastre cultural con simple grilla. Su mayor propuesta cultural que emitió el día sábado 15, en su arranque de campaña, es convertir la llamada Quinta Grijalva en un complejo cultural, una copia rústica de lo que pasó con Los Pinos, en la ciudad de México. No hay pues, ninguna originalidad, nada propio.

En los últimos 30 años han pasado por Tabasco, ocho gobernadores, entre constitucionales e interinos. Cinco constitucionales, es decir, “elegidos” por voto y tres interinos. El primer de estos cinco “elegidos por voto” en los últimos 30 años, fue el corrupto Roberto Madrazo, que estuvo del 1 de enero de 1995, al 14 de junio de 1999. Su director de cultura fue un político priista llamado Pedro Luis Bartilotti Perea. Su única relación con la cultura era que decía ser compositor. Pero su pasión era la política. Fue diputado federal por el PRI en la XLVII Legislatura, comenzó el día 1 de septiembre de 1967 y concluyó el 31 de agosto de 1970.

Pedro Luis luego vuelve aparecer como funcionario el 28 de enero de 1992, en el interinato de Manuel Gurría Ordóñez. Fue director de la Secretaría de Fomento Industrial, Comercio y Turismo. También estuvo en el desaparecido ISSET, en la unidad de atención al derechohabiente.  Bartilotti Perea tuvo como secretaria particular, ayudante, a Norma Domínguez de Dios. Fue un periodo de mediocridad que, como los otros, no agregó nada nuevo a lo que ya había dejado don Enrique González Pedrero.

Le siguió Manuel Andrade Díaz, que gobernó del 01 de enero de 2002, al 31 de diciembre de 2006. En abril de 2002, nombró a Máximo Alberto Evia Ramírez -otro político mutichambas- como secretario de Cultura, Recreación y Deporte del Gobierno del Estado. Ejerció el cargo con abundante mediocridad durante cuatro años y ocho meses, hasta diciembre de 2006. Solo prepotencia, alejamiento de las comunidades culturales y degradación, se recuerdan de su paso.

El 22 de marzo de 2002, siendo Gobernador Manuel Andrade, se crea la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, mediante el Decreto número 063, que modifica la Ley Orgánica del Poder Ejecutivo del Estado de Tabasco. Se publica en el Periódico Oficial No. 16633. Deja de ser Instituto de Cultura de Tabasco, tal como lo fundó don Enrique González Pedrero, para convertirse en “Secretaría”, pero sin el presupuesto adecuado. Fue una decisión unilateral, no se consultó a nadie.

Andrés Rafael Granier Melo gobierna del 01 de enero de 2007, al 31 de diciembre de 2012. Nombra directora del Instituto Estatal de Cultura a Norma Cárdenas Zurita, el 3 de enero de 2007. Norma Cárdenas fue una entusiasta promotora cultural; fundó el primer ballet folclórico de Tabasco. Falleció en el 14 de noviembre de 2021.

El 3 de enero de 2007, Granier Melo crea por Acuerdo el Instituto Estatal de Cultura, este acuerdo se publica en el Suplemento 6712 D del Periódico Oficial No. 21946. No se sabe cómo hizo para retroceder de Secretaria que había creado Andrade Díaz, a Instituto. Tampoco se sabe en qué benefició a Tabasco este cambio. Pero Granier fue muy popular.

La Quinta Grijalva, casa de gobernadores, fue abierta por primera vez al público por Granier Melo. Los fines de año, los tabasqueños acudían a La Quinta a celebrar las fiestas navideñas. Había todo tipo de juegos y diversiones. Ahora May cree que es muy original su propuesta de convertirla en “complejo” cultural como Los Pinos, pero en Choco.

Le siguió en el cargo el pésimo y corrupto gobierno de Arturo Núñez Jiménez. Mandó en Tabasco del 01 de enero de 2013 al 31 de diciembre de 2018. Nombró Directora General del Instituto Estatal de Cultura a la licenciada en empresas turísticas Gabriela Marí Vázquez. Periodo oscuro donde no hubo transparencia de los recursos invertidos, además de muy escaso presupuesto. Las rehabilitaciones a centros culturales fue opaco; muchas a sobreprecio. Tabasco descendió varios escalones hacia la mediocridad cultural y artística en este periodo.

Lo peor de todo llegó con Adán Augusto López Hernández. Gobernó del 01 de enero de 2019 al 26 de agosto de 2021. Nombró a la política Yolanda Osuna, como directora del Instituto Estatal de Cultura. La vulgarización de la política cultural y la politización de las actividades culturales, marcó su gestión, al grado que pasó de ser activista cultural a alcaldesa del municipio Centro.

Yolanda Osuna Huerta, se negó a transparentar varios millones de pesos para la realización de la feria estatal. Tampoco se transparentaron los 37 millones de pesos destinados a la rehabilitación del planetaria Tabasco 2000, el Teatro Esperanza Iris o el Parque Museo La Venta.

El abandono de las funciones sustantivas, las tareas editoriales, la difusión y promoción, más allá del ejido, de creadores y ejecutantes fue constante. Fueron escasos o nulos los convenios de colaboración con otras entidades para apoyar a los hacedores de cultura. Opaco apoyo a hacedores de la cultura popular, artesanos tradicionales, músicos, danzantes, teatreros. Cero desarrollo y mantenimiento de la infraestructura cultural, a tal grado que hoy esos espacios se ven ruinosos y sucios, como lo demuestra el grotesco edificio del Centro Cultural Villahermosa, que suplantó el edificio del antiguo ayuntamiento, una construcción que debió preservarse como parte de la memoria arquitectónica de Tabasco.

El desastre y el periodo cultural oscuro dejado por Adán Augusto López Hernández, no ha terminado. Lo continúa el gobernador sustituto Carlos Manuel Merino Campos, que asumió el cargo el 27 de agosto de 2021, y concluirá el 30 de septiembre de 2024.

Merino Campos nombró a Ramiro Chávez Gochicoa, secretario de Cultura de Tabasco. Es un funcionario con cero imaginación, sin ninguna legitimidad de las comunidades culturales de Tabasco, sin ninguna interlocución, sin ningún respeto. Su relación con la cultura se debe a que daba clases en la Universidad Olmeca y conocía a uno que otro poeta orgánico y es amigo del gobernador sustituto.

Su gestión está marcada por lo patanesco; se recuerda el trato abusivo y patético que le dio al pintor Níger Madrigal, a quien calumnió. Con su gestión se despidió a muchos trabajadores del Instituto, hay oficinas vacías y ruinosas. No hay actividades, no hay recursos, no hay nada. Tabasco es la vergüenza cultural del sureste después de haber sido, con don Enrique González  Pedrero una verdadera potencia cultural y ejemplo a seguir por otros estados.

Más de lo mismo

Enrique González Pedrero gobernó del 1 de enero de 1983 al 14 de diciembre de 1987. Construyó la biblioteca pública «José María Pino Suárez», una de las más importantes de México y América Latina, la mayor parte de la infraestructura cultural que aún existe, se creó en su gobierno. Después del gobierno de González Pedrero, todo ha sido de tercera en Tabasco, y al parecer, a como se ven las cosas, Javier May, no será la excepción. La creatividad política se agotó, todo es viejo, todo es reciclado y se recicla lo peor. Hay una política que todo reduce a las despensas, las becas y los llamados apoyos sociales. Una política del utilitarismo y la manipulación más vil.

Hay soberbia y hay exclusión. La herencia fatal que Andrés Manuel hereda a futuros gobierno de Morena, en cuanto visión de política cultural es nefasta. Tabasco requiere de políticas culturales inéditas, disruptivas, ya no más esas políticas de animación, de activismo social que buscan recuperar el tejido social, ¿de qué tejido social hablan?, eso no existe. Ya no más copias ni adaptaciones de otras ocurrencias fracasadas, absurdas.  El futuro de Tabasco requiere de administradores de cultura honestos, creativos, comprometidos con el ate y la cultura, legitimados por las propias comunidades de creadores, no de políticos que utilizan a la cultura como trampolín o como una simple opción de chamba.

Ya no más políticos ni simuladores en el cargo de cultura. Hay muchos que andan con un librito publicado hace 30 años, o con la copia de una revista desaparecida, vendiéndose como promotores culturales, como “sabios” en estos temas; otros son académicos, periodistas que se inventan foros, charlas, con las que pretenden sorprender la buena intención de quien no sabe.

Las políticas de copias y adaptaciones ocurrentes han destruido la parte más valiosa de Tabasco que es su cultura, sus hacedores. Hoy este estado es un lugar de indigencia donde los hacedores de cultura vagan en busca del sustento diario, sin expectativas de crecimiento, de desarrollo.

Javier May puede hacer que Tabasco recupere el liderazgo cultural nacional que una vez tuvo. El centro de origen de un renacimiento cultural en el sureste. Puede hacer que la cultura sea esa cura que necesita nuestra juventud para hacer frente al virus de la drogadicción; puede ser el único gobernador capaz de crear una verdadera política de contención al crimen, al miedo y al terror que produce la violencia, pero se necesita un quiebre. Necesita ser un verdadero humanista. Hay un plan y hay propuestas inéditas, pero el candidato necesita escuchar a los hacedores de arte y cultura, necesita ser capaz de ver más allá del inmediatismo, más allá de la mediocridad de los políticos disfrazados de promotores, de esos “amantes” de la cultura, de esos que han hecho de Tabasco un páramo gris.

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