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Altos funcionarios de la administración estadounidense consideran que el gobierno del presidente sirio, Bashar al-Assad, podría colapsar en cuestión de días debido al rápido avance de las fuerzas insurgentes lideradas por la coalición islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS), respaldada por Turquía. Esta evaluación fue compartida con medios estadounidenses como CNN y CBS, aunque aún no existe una declaración oficial por parte del gobierno de Estados Unidos.
De acuerdo con funcionarios citados por CNN, las fuerzas iraníes, que han respaldado a Al-Assad desde el inicio de la guerra civil, han evacuado Siria casi en su totalidad. Por su parte, CBS señala que Damasco, la capital siria, estaría en peligro de caer en manos insurgentes, aunque no especificó un plazo para este desenlace.
La ofensiva insurgente comenzó a finales de noviembre, logrando el control de Alepo y Hama, dos de las principales ciudades del país. Actualmente, los combates se concentran en Homs, una posición estratégica crucial. De caer esta ciudad, Damasco quedaría aislada por tierra de Tartús y Latakia, dos bastiones clave del régimen de Al-Assad, el primero por su relevancia logística y el segundo por albergar la principal base de las fuerzas rusas en Siria.
La Unión Europea ha expresado su preocupación por la situación, instando a todas las partes a proteger a los civiles y garantizar la seguridad de los trabajadores humanitarios. Además, reiteró su llamado a una solución política conforme a la Resolución 2254 del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, que busca establecer un alto al fuego y una salida negociada al conflicto.
Mientras tanto, la administración de Joe Biden sigue evaluando el panorama. Un alto funcionario citado por CNN indicó que existe un "consenso emergente" de que el régimen de Al-Assad enfrenta una crisis crítica. Sin embargo, subrayó que un posible golpe de Estado interno, aunque improbable, podría ser la única opción para frenar el avance insurgente.
Donald Trump, próximo a asumir nuevamente la presidencia el 20 de enero, reiteró su postura de no involucrar a Estados Unidos en el conflicto sirio. La situación en el país continúa evolucionando, con implicaciones importantes tanto a nivel regional como internacional.
