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En un hecho histórico para la Iglesia Católica, el Papa Francisco ha nombrado a la monja italiana Simona Brambilla como prefecta del Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada y las Sociedades de Vida Apostólica. Con este nombramiento, Brambilla se convierte en la primera mujer en dirigir una de las dependencias más importantes del Vaticano.
La decisión del Papa Francisco marca un hito en la búsqueda de una mayor participación femenina en los niveles de liderazgo de la Iglesia Católica. Aunque en el pasado se han nombrado mujeres a puestos de menor relevancia, este nombramiento es el primero de su tipo.
El Dicasterio para los Institutos de Vida Consagrada es responsable de supervisar todas las órdenes religiosas católicas, desde las más antiguas hasta las más recientes. La designación de Brambilla como prefecta de este dicasterio subraya el compromiso del Papa Francisco de fortalecer el papel de las mujeres en la Iglesia.
Para acompañar a Brambilla en esta nueva función, el Papa también nombró al cardenal español Ángel Fernández Artime como "pro-prefecto" del mismo dicasterio. Esta medida asegura que se cumplan los requisitos teológicos del cargo, ya que solo los hombres pueden celebrar misa y realizar ciertas funciones sacramentales.
El nombramiento de Brambilla ha sido ampliamente celebrado por quienes abogan por una mayor igualdad de género dentro de la Iglesia Católica. Sin embargo, es importante destacar que la ordenación sacerdotal de mujeres sigue siendo un tema controvertido y aún no ha sido abordado por el Papa Francisco.
