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El derecho a la cultura se encuentra dentro del rubro de los derechos humanos que instituye la protección de la dignidad del individuo, en todas sus expresiones, a fin de que pueda desarrollarse plenamente; la cultura es un elemento integrante y formativo de su personalidad.
Cuando se discute sobre cargos públicos y nombramientos, muy poco se habla de esta dimensión de la cultura como derecho humano, privilegiado por la Constitución, artículo 4. En este rubro, el derecho que tiene todo individuo al acceso a la promoción, la difusión, el respeto y protección de la cultura, en su más amplio sentido, cae dentro del índice de derechos fundamentales como el del cuidado de la dignidad que no es otra cosa que el derecho a no ser discriminado, calumniado, estigmatizado, maltratado, coartada la libertad, y excluido de las políticas públicas por cualquier motivo injustificado.
La tesis aislada (I.3o.C.7 CS (10a.) de la Suprema Corte de Justicia: “Acceso a la cultura, debe considerarse como un derecho intergeneracional respecto del patrimonio cultural, que implica identificar, proteger y conservar el patrimonio cultural –material e inmaterial– y transmitirlo a las generaciones futuras, a fin de que éstas puedan construir un sentido de pertenencia”, pone de manifiesto que garantizar el acceso a la cultura, el ejercicio de los derechos culturales, la promoción, difusión y desarrollo, atendiendo a cualquier forma de manifestación y/o expresión, el pleno respeto a la libertad creativa, así como el establecimiento de mecanismos para el acceso y participación a cualquier manifestación cultural, apunta a que es obligación única del Estado.
Ahora bien, en este sentido –ejemplificando para el caso de Tabasco-, los gobiernos han sido omisos con respecto de este mandato constitucional: “el que la cultura sea un derecho humano intergeneracional”. ¿Qué significa intergeneracional? Significa que los gobiernos están obligados a transmitir el patrimonio cultural (esto es todo lo que es patrimonio material o inmaterial) con vista a las generaciones futuras.
¿Qué significa todo esto? Significa que los gobiernos deben desarrollar políticas culturales y artísticas adecuadas y apropiadas para las infancias y la juventud para garantizarles su pleno desarrollo. Esto no es algo que deba ocurrir porque el gobernador, la secretaria, el o la alcaldesa son buena onda, sino porque es obligación constitucional y de no hacerse, hay recursos legales explícitos para subsanar estas faltas.
¿De qué manera se excluye a un individuo o a un grupo del acceso a la cultura, afectando la esfera de sus derechos fundamentales?, se les excluye no desarrollando políticas culturales apropiadas, ni respaldando las que desde ámbitos sociales –distintos al gobierno- se promueven e impulsan. Se les excluye impidiéndoles el acceso a la cultura por cualquier ‘medio político’ lesivo.
¿En Tabasco existen políticas culturales y artísticas apropiadas para las infancias y la juventud? ¿Hay alguien en el gobierno pensando que los jóvenes y niños no tienen acceso a la cultura y el arte, y de que se así se les impide su pleno desarrollo individual? Las respuestas son negativas. Ni ahora ni nunca se ha pensado que las infancias tienen derecho al arte y la cultura.
Si la obligación constitucional de crear políticas culturales y artísticas apropiadas para la infancia y la juventud recae en el gobierno estatal, y no lo hace; entonces de facto se convierte en el principal violentador del derecho a la cultura y el arte que sufren las infancias.
Pero el tema es más amplio y se agrava cuando el problema de la falta de políticas culturales para las infancias se ve desde el ámbito demográfico. Si los niños y jóvenes de las zonas urbanas no tiene acceso a la cultura y a la creatividad artística desde el Estado, mucho menos lo tienen las y los niños de las zonas rurales, y mucho menos, las y los niños de los pueblos originarios.
Como muchos otros estados del país, el gobierno de Tabasco violenta el derecho a la cultura y la creatividad de niños y niñas al no diseñar políticas culturales y artísticas, ni destinar los recursos apropiados y suficientes para la realización de actividades que les ayuden a formar un sentido de pertenencia, impulsando su libertad creativa.
Un ejemplo atroz
Tabasco, es un Estado que no solo no promueve ni garantiza a las y los niños el acceso a la cultura y el arte, sino que se obstaculizan las acciones encaminadas a subsanar desde la sociedad esta grave carencia y omisión del gobierno. La Secretaría de Educación y la Secretaría de Cultura son dos entes que nada hacen por motivar el arte y la cultura en las infancias, pero sí obstruyen, y sí violentan este derecho.
Un ejemplo basta. No hace mucho, el Colectivo Tabasco Cultura dio a conocer su convocatoria para el primer concurso de fotografía y micro-video para niñas y niños: “Cuéntame una historia con tu Cel”. La propuesta busca incentivar la creatividad de niñas y niños para que vean en el celular no solo un objeto enajenante, sino una herramienta para la creatividad artística.
El Colectivo informó que solicitó algunas salas de exposición para mostrar los trabajos de las y los niños en el mes de septiembre, llamado el mes de la fotografía. Pero se encontró que todas las galerías ya están apartadas desde hace meses por fotógrafos adultos que año con año se apoderan de eso lugares donde repiten la exhibición de materiales, sin cambio ni trascendencia alguna.
Los llamados “artistas” de la lente que nunca se han ocupado de la niñez de forma desinteresada, ahora los dejan sin salas para poder exhibir sus trabajos. Esta es otra forma de violencia contra las infancias, pues es parte de ese nulo acceso a la cultura y el arte que padecen. Los centros culturales de Villahermosa han preferido quedar bien con los adultos, y negarle a las y los niños el derecho a la cultura.
Por su parte, la secretaria de Educación, Egla Cornelio Landero, a quien el Colectivo se le ha pedido una audiencia para ver cómo coadyuva esa secretaría con esta actividad que toca la educación, se comporta como si fuera la reina de alguna maravillosa Ínsula porque no quiere recibir a nadie. Tarda semanas en dar una respuesta. Esta mujer repite esas conductas rancias heredadas del PRI de despreciar el contacto con los ciudadanos y desatenderse de la niñez. Esa Secretaría nunca ha hecho una actividad semejante que pueda presumir y aun así se oponen.
Esta es la situación actual de Tabasco donde las y los niños sufren violencia a sus derechos fundamentales como el derecho a su dignidad, y el derecho a la cultura, el arte y la creatividad desde el gobierno estatal. Aunado a esta violencia de los derechos fundamentales, está también la violencia que sufren por el maltrato sicológico y el trabajo infantil.
¿Qué están haciendo la Secretaría de Cultura y la Secretaría de Educación para respetar y subsanar los derechos afectado de las infancias en Tabasco? La respuesta ya todos la saben. Hay que precisar que cuando se habla de políticas culturales apropiadas para las infancias no se habla de la simple animación de bailables, payasos y cuenta cuentos, ni del llamado ocio cultural de talleres de verano que son clichés producto de la pereza institucional; se habla de crear ambientes artísticos y culturales para desarrollar la creatividad y el juego, para apreciar la poesía, la lectura, las artes visuales, la música, el teatro, la ciencia.
En el futuro es muy poco, o casi nada, lo que se espera del nuevo gobierno en estos temas. Es casi seguro que las cosas sigan igual o peor que como están, pues hasta el día de hoy no hay nadie en el gobierno a quien le importe lo que pueda ocurrir a las y los niños, cuando solo están expuestos al crimen, la corrupción y la violencia. ¿Pero en realidad, a quién le importan las y los niños?
