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Ken Salazar, embajador de Estados Unidos en México, concluyó su mandato de casi cuatro años con una conferencia de prensa en la que abordó temas cruciales como la producción de fentanilo en México, la cooperación bilateral y los desafíos futuros en la relación entre ambos países. Salazar, quien dejará el cargo el próximo miércoles, destacó la necesidad de trabajar conjuntamente para enfrentar problemas comunes.
Durante su última conferencia de prensa, Salazar confirmó la producción de fentanilo en México, desmintiendo las negaciones del gobierno mexicano. "Hay fentanilo en México y se produce aquí", afirmó el diplomático, subrayando la importancia de la cooperación entre ambos países para abordar este problema.
Salazar enfatizó la necesidad de colaboración entre México y Estados Unidos para desmantelar organizaciones criminales como el Cártel del Pacífico y el Cártel de Sinaloa. "Tenemos que trabajar juntos", declaró, mencionando que los líderes de estos grupos enfrentarán procesos legales en Estados Unidos.
Mark Johnson, un diplomático experimentado, asumirá el interinato como encargado de negocios hasta que se concrete el nombramiento de Ronald Johnson como nuevo embajador. Salazar, quien fue legislador demócrata, será sucedido por Johnson, un veterano de la CIA con experiencia en políticas de mano dura.
Salazar mencionó varios desafíos futuros en la relación bilateral, incluyendo migración, tráfico de fentanilo y armas, y disputas comerciales en el marco del TMEC. A pesar de estos retos, el diplomático expresó optimismo sobre el futuro de la relación, comparándola con una familia que debe trabajar junta para encontrar soluciones.
El embajador recomendó al gobierno de Claudia Sheinbaum identificar los asuntos principales de la administración de Donald Trump y buscar oportunidades de colaboración, como invertir en el sur-sureste de México para frenar la migración.
Salazar reflexionó sobre su mandato, destacando su estrecha relación inicial con el expresidente Andrés Manuel López Obrador y las tensiones posteriores debido a la reforma al Poder Judicial y la captura de Ismael "El Mayo" Zambada. A pesar de estos desafíos, Salazar expresó su respeto por la soberanía de México y deseó lo mejor a la presidenta Sheinbaum y su equipo.
En su despedida, Salazar realizó una rifa de sombreros que usaba en sus apariciones públicas y agradeció a la gente mexicana por su tiempo en el país. "Me voy a mi rancho", declaró, señalando que aún queda mucho trabajo por hacer en la relación bilateral.
Salazar criticó el sistema migratorio quebrado de Estados Unidos y expresó esperanza en que el Congreso trabaje en soluciones reales. "Hay mucho miedo por las amenazas, pero la realidad es que el sistema de migración de Estados Unidos está quebrado desde hace muchos años", afirmó.