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Fontanelly Vázquez, a 26 años, un boceto a lápiz por el poeta Isidoro Villator

Artista, activista político, cultural y académico. Fue fundador del Colegio de Arte Tabasco y de la Sociedad de Académicos de la UJAT, Jesús Ezequiel de Dios.

Fontanelly Vázquez, artista singular.

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I.- Las mañanas son agradables para ejercitar la mente y el cuerpo. Intuyo que él lo sabía, pues algunas veces coincidimos sin conocernos en las correrías del velódromo de la Ciudad Deportiva en Tabasco. Es curioso. Él lo hacía en sentido contrario a las manecillas del reloj, la mayoría lo hacíamos de derecha a izquierda.

A finales de la década de los años 70, el que ahora escribe o intenta por lo menos este esbozo, estudiaba ingeniería de lo invisible en el Instituto de Ingeniería de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco (UJAT). Allí se dio cuenta que no era hábil en el dibujo técnico, por más que lo intentara, entonces decidió tomar un curso de dibujo y pintura en la Casa de la Cultura que albergaba el Instituto Juárez de la Universidad. El taller (hoy la principal galería artística del Instituto) y sus nuevos alumnos esperábamos al maestro. Por fin llegó. Era alguien conocido.

Él tomó un pequeño bush y lo colocó sobre una mesa. "Dibújenlo", dijo.

Dos clases fue suficiente para darme cuenta, que el dibujo no estaba en mis dedos. Y abandoné mi inquietud muy prontamente.

II

En 1990, el que bosqueja esto era un profesor imberbe de matemáticas y física en la Universidad. Tenía además una despierta inquietud literaria tras haber asistido de niño constantemente a la biblioteca José Martí en el Centro histórico de la ciudad de Villahermosa, sumado a una que otras lecturas literarias de juventud.  Así que decidí inscribirme en el taller de literatura en la Universidad que coordinaba el amigo y poeta del 'tríptico erótico': Salvador Córdova León, médium para formalizar una cierta relación profesional, académica y estética con el artista de los espectros oníricos.

El maestro Salvador era más que amigo, casi hermano de Fontanelly. Hermandad que se fue construyendo desde la pubertad, cuando fueron estudiantes en la secundaria Ing. Rafael Concha Linares, hasta la juventud adulta. Salvador murió a los 45 y 'Fonta' a los 47 años. Ambos del mismo Virus.

III

Hay un adagio que reza, palabras más palabras menos: “cómo es el mundo de chiquito”. Mi maestro de electrónica en el Instituto de Ingeniería se llamaba Franklin y se apellidaba Vázquez Alejandro. Luego caí en la cuenta de que era hermano de Fontallelly. "El niño chiquito y bueno de la familia", me diría alguna vez 'Fonta' dentro del hospital donde tenían a su hermano, porque ante los azares que pinta la vida, el ingeniero Franklin padecía de gula etílica. Cosa que no impidió su profesionalismo académico. Tenía una chispa al enseñar electrónica.

IV

Es seguro que asistí varias veces a ver muestras de sus obras artísticas, por ejemplo: en la galería principal (donde impartía hace 46 años el taller de pintura y dibujo) del Instituto Juárez en la década de los años noventa: dibujos al grafito, al carbón, en conté, pastel, crayón, carboncillo, lápiz, prismacolor, esgrafiado, sanguina, en punta seca, litografía, al óleo, pastel, en litografía; dibujos en técnica mixta. Pero la técnica más atractiva y significativa en postular el misterio de la sombra y la luz a través del corpus masculino, según mi recepción artística, es la del sfumato. Técnica clásica, utilizada por vez primera por el genio renacentista, Leonardo da Vinci. Procedimiento utilizado por Fontanelly (y en ello lo atractivo y significativo de sus dibujos) para mostrar el efecto espectral que tienen los sueños.

En ese ir y venir entre lo renacentista y lo hiperrealista, sobre todo, “cuando juega con las sombras y el [deseo] de encontrar en las visiones de los cuerpos reales, esa otra realidad”. Jeremías Marquines (2002: 31). Los claroscuros oníricos y sus siluetas difuminadas que esbozan nuestras neuronas cerebrales (¿en la noche, en el día?), donde no hay manifestación de luz que, a diferencia de ese juego de sombras mostrada en los dibujos de 'Fonta', hay una presencia lumínica que se hace presente por medio del torso de los cuerpos para mostrar más lo que la luz de éstos oculta, diría el poeta Marquines. Aunque esta luminosidad, entre la penumbra onírica del artista plástico, también la encuentra uno en dibujos como Pellicer en San Juan Bautista, Noche de perros o en la serie de litografías en homenaje a Emiliano Zapata que, da, no sé por qué, una atmosfera rulfiana.

V

Fontanelly sabía que el arte y el artista cumplen determinadas funciones sociales en su poeisis, como la estética, cognoscitiva, lúdica, didáctica, cohesionadora, orientadora y crítica, por mencionar algunas; aunque en esta última no hay una declaración explícita en sus dibujos, más que los rasgos de saber ver, mirar, observar y comprender la realidad para postular su ideal estético bajo el principio de “muestra más lo que la luz [de los cuerpos, por ejemplo] oculta”. Eso es algo más de lo que puede alumbrar la realidad esfumada de las sombras. O, por otra parte, su visión política, social y cultural referida en los dibujos de Zapata y de otros personajes del siglo XIX y XX como Benito Juárez, José María Morelos y Pavón, el poeta Carlos Pellicer, Josefina Vicens, por citar algunos.

Sin embargo, esta postura social quedó más a la vista en los inicios de la lucha política de los años ochenta y noventa en Tabasco; en la organización y fundación del Colegio de Artes Tabasco A. C., del cual fue presidente, o su activismo dentro del movimiento académico universitario en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco a mediados de los años noventa; dentro de la cual fue miembro y fundador de la Sociedad de Académicos de la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Jesús Ezequiel de Dios, A. C. (SAU). Activista político, cultural y académico.

Observo en uno de aquellos días el paliacate color amarillo en el bolsillo trasero de su pantalón o amarrado al cuello como símbolo de su ideología política.

VI

El café Selecto, ubicado frente a la mirada del águila posándose en una pequeña plaza de la avenida 27 de febrero.

 En una de las mesillas de la entrada está Roberto Madrigal (qepd), y quien casi termina este boceto. A contraluz vemos la silueta de Fontanelly entrando al café. Aparece como “jugando con las sombras”, como si fuera uno de sus cuadros difuminados, sólo que invertida la práctica lúdica estética (la luz del sol de la intemperie no es la que vela, sino lo hace la sombra).

"¡Ya pasó la fiesta, maestro!", escucho decirle a Roberto.

—Cualquier bellaco toma en diciembre, la respuesta en esos primeros días de enero de 1999.

Supe días después, por el mismo Roberto, que Fontanelly estaba en uno de los hospitales de Villahermosa.

Su hermano Franklin, el ingeniero, había fallecido unos días antes. Él lo hizo el 6 de febrero.

**El autor es poeta y ensayista. Catedrático de matemáticas, filosofía y lectura y redacción en la Universidad Juárez Autónoma de Tabasco. Entre sus libros: "Piel de cristal" (1999), "Espiral de polvo humano" (2004), "Pequeñas cuerdas en el estanque de los trampantojos" (2010) y "Algo ha sucedido en el desierto de una ciudad extraña" (2016).

Referencias:

Gobierno del Estado de Tabasco.(1986). Fontanelly Vázquez. Recuerdos en claroscuro. Colección de arte. México: ICT

Universidad Juárez Autónoma de Tabasco.(2002). Realidad y deseo. Colección Dr. Miguel Ángel A. Gómez Ventura. Estética y artes visuales. Villahermosa, México: UJAT. Fondo Editorial Universitario.

PD.- Este jueves 6 de febrero de 2025, se inaugura una exposición obra inédita de Fontally Vázquez, a 26 años de su deceso. El Colectivo Tabasco Cultura y el ayuntamiento de Centro, organizan la muestra.

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