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Opinión.- A diferencia de Andrés Manuel López Obrador, la presidenta electa de México, Claudia Sheinbaum Pardo ha tenido un reencuentro con la histórica izquierda Cardenista del país representada por Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Lázaro Cárdenas Batel, hijo y nieto del General Lázaro Cárdenas del Río.
El pasado 18 de marzo, en la conmemoración del 86 aniversario de la Expropiación Petrolera, (símbolo máximo del nacionalismo mexicano), el ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas respaldó la política energética presentada por la entonces candidata presidencial Claudia Sheinbaum, quien destacó la necesidad de dar autonomía de gestión y financiera a Petróleos Mexicanos, así como sanear sus finanzas e impulsar la petroquímica.
También el pasado 11 de julio, Sheinbaum Pardo -ya como presidenta electa de México- anunció como jefe de la Oficina de la Presidencia a Lázaro Cárdenas Batel.
Estos dos actos simbolizan el recuentro entre el cardenismo y Claudia Sheinbaum, asimismo, marcan una clara diferencia respecto la relación fría y distante que mantuvo AMLO con Cuauhtémoc Cárdenas y el ostracismo en que mantuvo a su hijo Lázaro en el Palacio Nacional.
No es menor esta clara diferencia entre Andrés Manuel y Claudia, con respecto al movimiento nacional cardenista, ya que, mientras el primero, tomó como emblema la figura del finado general Cárdenas, Claudia reivindica el legado cardenista más vivo que nunca.
En política forma es fondo, para aquellos que piensen o le apuesten a que la presidenta electa no tomará sus propias decisiones o que no tiene la personalidad ni la popularidad de Andrés Manuel, se pueden llevar una sorpresa a partir del 01 de octubre.
Estos dos actos simbólicos de acercamiento con el cardenismo, pueden tener otras lecturas más allá del simple reencuentro, pues nos recuerdan el hecho histórico de cuando el General Lázaro Cárdenas rompió con su mentor Plutarco Elías Calles, a quien le debía la presidencia de la República.
Pese a todo, el General Cárdenas lo exilió del país cuando empezó a cuestionar y a criticar las políticas nacionalista que impulsó durante su gobierno, como la expropiación petrolera a la que se oponía Elías Calles. La historia siempre se repite.
