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El Grupo Interinstitucional, compuesto por fuerzas federales y estatales, dieron un duro golpe a la producción de drogas sintéticas en México al asegurar cientos de kilos de sustancias y precursores químicos en el poblado Abuya, Culiacán.
Militares realizaban reconocimientos terrestres cuando se percataron que civiles trasladaban bultos de un punto a otro.
Al notar la presencia policial, los sujetos dejaron los bultos y emprendieron la huida.
Las autoridades identificaron dentro de los costales una sustancia con características de metanfetamina.
Al ampliar las labores de reconocimiento los militares ubicaron tres inmuebles en los que se hallaron ollas, bidones, costales, sustancias químicas y utensilios, propios de laboratorios clandestinos.
Se aseguraron cientos de kilos de sustancia terminada y una cantidad importante de precursores químicos.
Narcopueblito
Se trata de la comunidad Pueblo de Abuya, que es parte de la sindicatura de Higueras de Abuya, municipio de Culiacán, donde los operativos militares localizaron tres casas que albergaban alrededor de 5 toneladas de metanfetamina lista para terminar de procesarse, ser empaquetada y distribuida al mejor postor, mercancía ilícita con un valor estimado de más de 1.5 billones de pesos.
Lo que inquieta, más allá de la cantidad de droga asegurada y el valor de la misma en el mercado negro, es el impacto social de estos narcolaboratorios porque es el referente de trabajo y oportunidades que se les ofrece a los habitantes de rancherías donde el gobierno no compite en la generación de fuente lícitas de bienestar, a no ser de los programas que con unos cuantos pesos postulan el combate a la pobreza.
El poblado, cuya casas parecen normales pero son parapetos de centros de procesamiento de drogas, se localiza a seis kilómetros de la carretera México 15, que recorre desde la capital del país hasta la ciudad de Nogales, ubicación que la hace parte de la zona accesible y que obliga a preguntar de si esto pasa allí, que estará ocurriendo en la franja de la sierra cuya geografía agreste y marginada aporta condiciones idóneas para la actividad de grupos criminales.