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Declinaciones y “voto útil”, inútiles en la contienda electoral de 2024

En este artículo, Estrella Guerrero explica porqué en el actual contexto electoral es inviable que cualquier declinación altere el resultado.

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Hace unos días, Alejandro «Alito» Moreno, emplazó a Jorge Álvarez Máynez a declinar en favor de la candidata presidencial de la coalición PAN-PRI-PRD, Xóchitl Gálvez, antes del 19 de mayo, fecha en la que se llevará a cabo el tercer debate de los aspirantes a la Presidencia de la República.

A cambio, ofreció renunciar a la dirigencia nacional del Partido Revolucionario Institucional (PRI) y a la candidatura plurinominal al Senado.

En lo local, Yoshio Ávila, candidato de Movimiento Ciudadano para la presidencia de Acapulco, hizo un llamado para que los inconformes con el presidente Andrés Manuel López Obrador y Morena voten a su favor, lo mismo llamó a los partidos de reciente creación y que no tienen ninguna posibilidad de triunfo, a que se sumen a su campaña.

Por su parte, Carlos Granda, candidato por la Coalición Fuerza y Corazón por México, integrada por el PRI, PAN y PRD, hizo un llamado el día de hoy a Yoshio Ávila para que decline a su favor. Estas peticiones de declinación entre la Coalición Fuerza y Corazón por México y Movimiento Ciudadano carecen de una utilidad real para cualquiera de las dos fuerzas políticas que, tanto en lo nacional como en lo local, se disputan el segundo lugar de las preferencias electorales.

Muy lejos están de tener la efectividad y la utilidad del llamado “voto útil” que hizo el entonces candidato presidencial Vicente Fox Quesada a los simpatizantes de centro-izquierda del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas y los inconformes priistas madracistas por la imposición de Francisco Labastida como candidato del PRI.

Hace 18 años, las encuestas de preferencias electorales estuvieron muy cerradas entre Fox Quesada y Francisco Labastida, por lo que, los votos de la izquierda eran decisivos para lograr sacar al PRI de la presidencia de la república y los intelectuales y académicos de centro-izquierda sucumbieron al llamado y al final votaron por Fox Quesada, quien logró ganar la presidencia de México con 42.5% de los votos, dejando en segundo lugar a Labastida, con un 36.11% y al ingeniero Cárdenas con apenas el 17%. La diferencia entre el primer y segundo lugar fue de apenas 6%.

Pero, ahora, no tiene ningún caso que un desvanecido PRI llame a Movimiento Ciudadano para que decline por su candidata presidencial Xóchitl Gálvez; además, según los datos más recientes de Mitofsky, levantados el 6 de mayo, la candidata morenista Claudia Sheinbaum registra un 48,9% en la intención de voto, mientras que Gálvez muestra un incremento a 28,1%, y Álvarez Máynez alcanza el 10,3%.

Así que, ni sumando los puntos entre Xóchitl y Máynez lograrían acercarse a Claudia Sheinbaum.

En lo local es lo mismo, ya que Demoscopía Digital, recientemente dio a conocer una encuesta en la que la abanderada morenista Abelina López Rodríguez registra un 42% de la intención del voto, Carlos Granda de la coalición Fuerza y Corazón por México, un 25% y Yoshio Ávila de Movimiento Ciudadano, cuenta con un 8.6% de las preferencias electorales.

Lo mejor que pueden hacer en lo local, tanto la Coalición como Movimiento Ciudadano, es trabajar más duro y fortalecer sus estructuras electorales para colarse como segunda fuerza política en Acapulco y en Guerrero.

No vale la pena hacer el llamado a una declinación que nunca ocurrirá, es ilógico pensar que Movimiento Ciudadano, quien, a diferencia de hace 6 años, hoy lleva candidato presidencial propio y que en Guerrero tiene la oportunidad de desplazar al PRI, declinen por el PRI, PRD y PAN que van en picada conforme se acerca el día de las votaciones.

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