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AMLO se va feliz a 'La Chingada'; deja al país confrontado por una maldita reforma judicial

El presidente que se va ya no es el mismo que llegó humildito con esos trajezotes prestados al finado Clavillazo.

Los logros morales de un gobierno.

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El presidente Andrés Manuel López Obrador ya se va a “La Chingada”, su finca que tiene en Chiapas, el estado que quiere más que a Tabasco, donde según dice que nació. Al dejar el poder también deja a un país confrontado por una reforma judicial a modo, es decir: quítate tú para que yo ponga a mis familiares. Es una decepción como bien lo expresó la valiente ministra Margarita Ríos Fajat.

El presidente que se va ya no es el mismo que llegó humildito con esos trajezotes prestados al finado Clavillazo; el que se va es el amigo de la mafia del poder, es el presidente cínico, burlisto, manipulador y calumnioso. Es el que ve como un gran logro moral que su hijo vaya a Morena para ayudar a terminar de consolidar ese patrimonio familiar, una especie de finca que le hereda a su junior.

Todo lo que López Obrador le achacó a los malditos gobiernos del PRI, es exactamente lo mismo que ahora hace pero un poquito mejor: más perverso, más feroz, más intolerante a la crítica; más manipulador de la ignorancia y la necesidad social, mucho más ofensivo.

El cinismo es inocultable: dice que no sabe qué le pasa a los senadores Yunes  (hijo y padre) que ya dejaron la oposición, el PAN, para brincar a Morena. ¿Qué fue lo que les ofreció Adán López para votar a favor de la reforma? Con el tiempo se sabrá. Los Yunes son una rancia familia de corruptos que tanto daño hicieron a  Veracruz, pero hoy ya son bien vistos por Morena.

Para impulsar su reforma al Poder Judicial el presidente no se ha medido. Se ha convertido en un manipulador más eficiente que Joseph Goebbels (el propagandista de Hitler), que tanto admira. No tuvo ningún empacho en decir medias verdades y mentiras completas. Su frase no mentir, no traicionar quedó enterrada hace mucho, así como su estúpida cartilla moral. Su humanismo mexicano es el más simplón pragmatismo sin escrúpulos.

Gracias a esa política de la compra de voluntades, presión y amenazas, López Obrador logró que  la oposición llegara fragmentada y disminuida a la sesión del Senado previa al debate de la reforma del Poder Judicial de la Federación.

La oposición fue mermada por AMLO

El Partido Acción Nacional (PAN) ya perdió al senador Miguel Ángel Yunes, que suplantó a su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez. También el senador de Movimiento Ciudadano, parece que ya perdió a Daniel Barreda que había jurado y perjurado que votaría contra la reforma.

Para marizar la traición, el coordinador de Movimiento Ciudadano (MC), Clemente Castañeda dijo que el senador de su grupo parlamentario, Daniel Barreda y su padre, fueron detenidos en Campeche. Fue una vil mentira.

El coordinador de Morena, Adán Augusto López, dijo que él había conversado la mañana del martes con el senador de MC y que le había autorizado decir que se encuentra en la Ciudad de México.

El presidente de la cámara alta, Gerardo Fernández Noroña, dijo que él también conversó, en plena sesión, con Barreda y que se encuentra en la capital del país.

El senador y presidente del PRI, Alejandro Moreno, dijo que la ausencia del senador forma parte de las presiones del oficialismo a los legisladores opositores para que voten a favor de la reforma.

La discusión sobre el paradero del senador de MC siguió a la confrontación entre Marko Cortés y Yunes Linares, quien cuando entró al salón del pleno de Senado fue aplaudido por la bancada de Morena, adelantó que ante la reforma del poder judicial no puede haber unanimidad entre los senadores del PAN.

En posterior conferencia de prensa, en la que estuvo acompañado por los senadores de Morena Félix Salgado y Óscar Cantón Zetina, dijo que se mantenía en el PAN pero que tenía su derecho a cambiar su voto, luego de que la semana pasada, su hijo, anunciara que votaría en contra.

Solo con una votación en bloque de los 43 senadores del PAN, PRI y MC, la oposición estaría en condiciones de que el Legislativo rechace la reforma al Poder Judicial.

Distintas versiones periodísticas estimaron que Barreda podría sumarse a la bancada del Partido Verde, con lo que el oficialismo garantizaría la mayoría calificada para reformar la Constitución.

En un último arrebato de desesperación para intentar frenar la discusión de la reforma en el senado, un grupo de manifestantes dio un portazo logrando penetrar al salón de sesiones del Senado, y  Fernández Noroña, no tuvo más remedio que declarar un receso. Solo por hoy, se suspendió el debate y la posible aprobación de esa reforma infernal. México sigue ardiendo.

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