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Acapulco otra vez bajo el agua; huracán John remueve los traumas del Otis

La gente vive entre el temor a los huracanes y el temor de la violencia criminal. Llueve descaradamente desde hace tres días.

Acapulco vive en modo desastre.

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Acapulco no es como lo pintan. Las secuelas del huracán Otis aún permanecen bien vivas, huracán John y sus remanentes han sacado a flote esas heridas pues el puerto volvió a quedar bajo el agua a causa de las lluvias de tres días consecutivos.

El temor de los habitantes es manifiesto en este que es un mítico destino turístico de México. Acapulco sale del abandono cada hay que tragedias. La gente vive entre el temor a los huracanes y el temor de la violencia criminal. Hace tres días la lluvia no para y las afectaciones crecen.

"Ya no sé qué es peor, el viento o el agua", dice doña Amparo mientras saca agua a escobazos de su humilde vivienda en la colonia Icacos.

Las intensas lluvias comenzaron el lunes a las 21:40 horas y las inundaciones de siempre comenzaron aparecer y tras ellas los daños materiales en las colonias más diversas de Acapulco donde el drenaje en el que han gastado cientos millones de pesos es el primero que colapsa, luego sigue la falta de agua potable.

Desde los cerros y colonias populares del anfiteatro de la ciudad descienden ríos de agua, a su paso arrastran inmundicias de todo tipo que van a llenar las playas de contaminación. Las calles de Acapulco son un hervidero de desechos diversos: animales muertos, ramas de árboles, piedras, basura diversa, hasta restos humanos, a veces.

La Costera, a la que necios acapulqueños siguen llamado Miguel Alemán, como el mayor depredador que ha tenido ese puerto, es una enorme laguna de agua color café, frente a Icacos, donde está el acceso a la Base Naval. Allí convergen canales de la parte alta de esa zona, desde las colonias Joyas de Brisamar y Cumbres de Llano Largo.

Basura y obras inconclusas

El agua de las lluvias desciende en cascadas desde los cerros devastados por Otis; de allí también se desprende tierra y rocas enormes.

"¡No vaya para allá arriba!", gritó una mujer al volante al conductor de un vehículo compacto que intentaba circular por la Escénica, prácticamente desierta.

Uno que otro urbanero (así llaman a los camiones urbanos) se atreve a circular por las inundadas calles de Acapulco. Pocas gentes que han decidió salir caminan entre montones de basura y pedazos de obras inconclusas donde se han diluido miles de millones de pesos pero Acapulco sigue peor.

La economía siempre mal en este puerto cuando hay tormentas comienza hacer cuentas y a sumar pérdidas. No existe eso que en otras partes llaman sector productivo

La franja de arena está desolada, los turistas, la mayoría locales y del estado de México, Puebla y Ciudad de México se han ido. También se fueron hace mucho los extranjeros. Las olas colosales producidas por la tormenta se restriegan en la arena y el mobiliario de playa está amarrado con cuerdas para ser arrastrado. Desde condominios montados sobre la zona de arena un guardia observa alicaído.

Rapiña acapulqueña

Tras la tormenta aparece la rapiña. Los dueños y encargados de negocios viven con ese trauma producido por Otis y por todos los demás fenómenos que ya han pasado antes. En redes sociales colocan imágenes de personas saqueando comercios bajo la tormenta, en la colonia Zapata; en la Renacimiento, la Guardia Nacional detuvo a sujetos que intentaron saquear una tienda Oxxo.

Las lluvias inundaron colonias como Emiliano Zapata y Renacimiento; el bulevar Vicente Guerrero; en la zona suburbana; las avenidas Costera, a la altura de la Diana, y Cuauhtémoc, en Las Anclas. En todos estos lugares coinciden canales y arroyos.

Calles y unidades habitacionales ubicados sobre la carretera Cayaco-Puerto Marqués, en el Llano Largo, Piedra Roja y la unidad habitacional Coloso, en colonias y fraccionamientos como La Marquesa, Real del Palmar, Misión del Mar y Colosio, también se inundaron.

Se reportó un desprendimiento de lodo y rocas en la avenida Escénica, que conecta las zonas Dorada y Diamante. Conductores reportaron anegamientos en el bulevar de las Naciones, en la zona Diamante. Todo Acapulco es territorio de desastre, otra vez; mañana llegarán las autoridades de México, se tomarán las fotos con las autoridades locales y se irán. Acapulco está siempre en modo bucle.

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