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Opinión.— Lo que se vio ayer en el debate de las y los candidatos a presidente municipal de Acapulco, organizado por el Instituto Electoral y Participación Ciudadana de Guerrero (IEPC) , no fue más que una síntesis de lo que ha ocurrido a lo largo de la campaña.
Tal como ha sido en estos 34 días de campañas lo fue en las tres horas de duración del debate: un ataque visceral y misógino en contra de la candidata puntera Abelina López Rodríguez y cuyo triunfo es ya irreversible.
«Muera Abelina», le dijo su exdirector de Vía Pública quien, en la tragedia del huracán Otis, se robó vallas de seguridad y aprovechó la tragedia para «grillar» a López Rodríguez, cuando era su jefa.
Los candidatos más visibles en la campaña: Yoshio Ávila, Carlos Granda, Víctor Aguirre y Ramiro Solorio, no cambiaron ni un ápice su estrategia y siguieron al pie de la letra los consejos de sus asesores: ataca hasta que la desquicies.
Ramiro Solorio fue tal vez el más incisivo con su amenaza de «Abelina, te voy a meter a la cárcel» y aunque supuestamente mostró que, Abelina en realidad no ha pagado los 800 millones de pesos a la CFE, no se alcanzó a apreciar si lo presentado es falso o verdadero.
Por su parte, Yoshio Ávila hizo especial enfásis en “la amiga” de la presidenta Leticia Lozano Zavala, pero sin lograr evidenciar en dónde está lo malo de esta amistad.
Carlos Granda, quien presumió de su amistad con la gobernadora Evelyn Salgado, enfocó su ataque en la desaparición de dos marinos que, supuestamente custodiaron a un senador morenista. Por cierto este fue uno de los argumentos principales esgrimido al interior de Morena para no darle la candidatura a Abelina.
Las tres horas de debate fueron un resumen de lo que se ha visto en estos 34 días de campaña.
La pregunta o la noticia no es quién ganó o perdió el debate, el asunto fue que, todos sus adversarios tuvieron la oportunidad única de vociferarlo a la candidata cuyo triunfo es irreversible, pues ya quedó demostrado en los debates presidenciales que, los debates no inclinan a favor o en contra de las preferencias electorales.
